Alaseña es un restaurante arequipeño ubicado en Perú en el que los pedidos se hacen con la lengua de señas. Como muchos emprendimientos gastronómicos durante la pandemia, el proyecto empezó a cocinarse primero a manera de delivery. Los dos dueños y socios, hermanos, son hijos oyentes de padres sordos y se dedicaban tanto a la interpretación como a la enseñanza.
“Cuando los comensales ingresan se encuentran con un monitor donde se les enseña la lengua de señas con términos referidos a la gastronomía. Los hemos colocado en toda la decoración, desde servilleteros a posavasos. En cuanto a la carta, a cada plato le hemos atribuido una seña específica según una letra del abecedario. A la salchipapa, por ejemplo, le corresponde la C. Cuando viene la mesera, que es sorda, el cliente realiza ese gesto y ella lo anota”, explica Esteban Ramírez.
Este no es un restaurante únicamente para personas sordas, sino más bien lo contrario. Es un espacio donde todos son bienvenidos y, en donde en un futuro, se busca que no solo los meseros sean personas con discapacidad auditiva, sino que también todo el personal que compone A la Seña.